Enemigos públicos, amantes privados

Pero... buah, ya había llegado a casa y ya no volvería a ver en todo el día a esa odiosa chica.
Comió, hizo sus deberes y se conectó desde el ordenador al chat en el que pasaba la mayor parte del día. Total, era el pardillo de clase y nadie lo invitaba a salir a dar una vuelta o a tomar algo. Su pasión se centraba en poder algún día demostrar que era como el resto de niños de su clase; incluso superior.
Pero era hora de poner los pies en firme, con tanto soñar ni se había dado cuenta de que una tal "Alicia en tu maravilla" había empezado a chatear con él. Así que mejor limitarse a responder, ya habría tiempo de soñar por la noche.
Una chica bastante interesante, él se ajustó las gafas con el dedo índice y siguió hablando con ella con gesto de interés por conocerla. Pero ninguno de los dos preguntó datos personales, les sonaba demasiado violento.
Se dieron el Messenger y siguieron hablando cada día a partir de ese día, ninguno tenía fotos suyas en internet. Y así pasaron los días, sin darse cuenta de que él era el pardillo de la clase de ella y que ella era la chica tan molesta que él llevaba odiando desde preescolar.